Calidad de aire en colegios
En un mundo donde el impacto del cambio climático afecta desproporcionadamente a los
más jóvenes, la calidad del aire y el acceso a la naturaleza son factores cruciales para su
salud y desarrollo. Según Ferran Campillo, pediatra ambiental, los colegios con zonas
verdes no solo fomentan un mayor rendimiento académico, sino que también contribuyen
significativamente al bienestar físico y mental de los niños.
El impacto del cambio climático en los menores
Las estadísticas son alarmantes. A nivel mundial, los niños menores de 5 años soportan el
88% de las enfermedades relacionadas con el cambio climático. En Europa, se estima
que el 30% de los casos de asma infantil están directamente vinculados a la mala
calidad del aire. Estos datos subrayan la necesidad urgente de priorizar entornos
saludables para los más pequeños, especialmente en sus espacios de aprendizaje.
La conexión entre zonas verdes y el rendimiento escolar
Ferran Campillo explica que los colegios que cuentan con áreas verdes no solo son más
agradables para los niños, sino que también mejoran su rendimiento académico. «El
contacto con la naturaleza ayuda a reducir los niveles de estrés y mejora la concentración»,
señala el pediatra. Estas conclusiones están respaldadas por diversos estudios que
destacan cómo los espacios verdes reducen los niveles de contaminación del aire y
estimulan el desarrollo cognitivo y emocional de los niños.
El déficit de naturaleza en la infancia
El déficit de naturaleza, un fenómeno cada vez más común en sociedades urbanizadas,
plantea riesgos significativos para los niños. La falta de contacto con entornos naturales no
solo afecta su salud física, sino que también limita su capacidad de relacionarse con el
medio ambiente, lo que podría influir negativamente en sus actitudes hacia la sostenibilidad
y la conservación en el futuro.
Campillo subraya que los niños que crecen rodeados de naturaleza tienen menos
probabilidades de desarrollar problemas de hiperactividad y retienen mejor el contenido
Un llamado a la acción
La incorporación de zonas verdes en los colegios no es solo una cuestión estética, sino una
inversión en el futuro de los niños. Ferran Campillo aboga por políticas públicas que
prioricen la creación de entornos saludables en las escuelas, incluyendo techos verdes,
huertos escolares y patios arbolados. Estas iniciativas no solo reducirían el impacto de la
contaminación, sino que también ofrecerían a los estudiantes un espacio para aprender,
jugar y crecer en un ambiente más equilibrado.
